¿Sabías que para mediados de febrero el 80% de los propósitos que nos hacemos para cada año, se abandonan?, este es el resultado que se desprende de varias estadísticas al respecto.
Hay muchos factores que contribuyen a ello, entre los principales
- Planificar en base a lo que “debería” ó “se lleva” cuando no lo sientes.
- Desear demasiadas cosas a la vez y no ponerte en serio con ninguna.
- Falta de un plan de acción que te lleve a tomar acciones concretas, con fecha y hora.
- Objetivos poco realistas para la situación de cada uno.
- Incoherencia con una misma.
- Conflicto interno con otros objetivos o propósitos que te llevan a boicotearte.
- Falta de motivación interna, de un porqué lo suficientemente fuerte como para que tire de tí
Además de los imprevistos que la vida te va poniendo por el camino, claro está.
Antes de ponerte con tu lista de propósitos para el nuevo año, está bien primero analizar lo que ha pasado en el año que va a terminar, para sacar conclusiones y aprender de los errores, para no arrastrarlos contigo otro año más.
Para ello, te propongo el siguiente ejercicio:
Anota las siguientes preguntas:
- ¿Cómo estabas el 1 de enero?
- ¿Cómo estás hoy?
- ¿Qué ha cambiado?
- ¿De qué te sientes orgullosa?
- ¿En qué te sientes estancada?
Y a partir de ahí, sacas tus propias conclusiones, para que puedas cerrar como corresponde el año y empezar con buen pie.
Lo ideal es que busques un ratito en el que puedas estar tranquila, es una tarea que has de realizar con calma, escuchándote, dejándote sentir, observando tus pensamientos, las emociones y sensaciones que tienes.
Tu cuerpo te hablará también, aprende a escucharlo.
Prepárate una tacita de té, o una infusión que te apetezca, a mi me sugiere la mezcla de Melisa-tila y canela, que me encanta.
Enciende tu difusor con algún aceite esencial que te evoque tranquilidad y conexión contigo misma. Uno de mis favoritos para esta ocasión es la naranja dulce, me reconforta y me hace sentir plena cada vez que la huelo.
Toma un cuaderno bonito y un boli especial.
Y déjate llevar.
Cuéntame …. Me encantará saber como te ha ido.
